lunes, 28 de julio de 2014

¡Aprovecha las vacaciones para formarte en pediatría!

Ahora que se acercan las vacaciones, se tiene más tiempo para la lectura. En lugar de aconsejaros una novela, que sería lo propio, os voy a recomendar un libro escrito por un pediatra al que no conozco personalmente pero que tras leerlo, suscribo en su totalidad.

Se trata del libro de Jesús Martínez que de una manera informal, con mucho humor y sobretodo con mucho sentido común, repasa las inquietudes mas frecuentes de los padres. Las pondera, a mi criterio, en su justa medida. En el libro describe muchas situaciones en las que nos encontramos con frecuencia los pediatras y escribe lo que muchos pensamos y no podemos decir, pues no se nos entendería.

El libro "El médico de mi hijo", aboga por devolver el control a los padres, formarlos y convertirlos en uno padres sabios, sensatos, que conozcan bien a su hijo y sepan darle en cada momento lo mejor.

Es decir, aumentar su independencia, su autonomía y su seguridad que yo personalmente creo que se ha perdido, porque se ha perdido la "cultura popular" que se trasmitía oralmente dentro de las familias de generación en generación. Por una parte por el cambio en las costumbres y por otra por el cambio del modelo familiar: de la familia grupal a la familia nuclear.

Este libro aboga, como ya he dicho, para que los padres mejoren sus conocimientos como cuidadores, otros niveles de conocimientos son muy superiores a generaciones pasadas.

Nuestro proyecto de asesoría pediátrica online se basa en los mismos criterios, solucionar las cosas en casa, pero eso no es incompatible con informarse y asesorarse desde casa.

Es cierto en el 80% de las visitas a los servicios de urgencia pediátricos, no son urgencias, son dudas, son inseguridades, son situaciones leves y frecuentes que a generaciones anteriores no se les hubiera ocurrido llevar a un hospital pues ya sabían qué hacer y lo hacían bien.

Tenemos muchos licenciados/as, muchos/as profesionales pero muy pocos cuidadores-criadores bien formados, los hemos de formar, en ello estamos, este libro es una gran contribución. Creemos que nuestro servicio de asesoría pediátrica online también lo es.
Tu Pediatra Online quiere formar parte activa en este empoderamiento activo de los padres y se pone a su servicio.

¡Que disfrutéis leyéndolo! ¡Buenas vacaciones!


miércoles, 23 de julio de 2014

¿Cuándo debe empezar a comer sólidos un bebé?

Depende mucho de los antecedentes alérgicos y de obesidad, de la ganancia de peso que haya ido teniendo y de su madurez neurológica.


 
En general se recomienda empezar entre el cuarto y sexto mes. No existe ninguna prisa por introducir muchos tipos de alimentos, por el contrario muchos de ellos se recomienda introducirlos tardíamente como el gluten de los cereales o incluso más tarde el pescado y los huevos hacia el noveno mes, existen pequeñas variaciones según la evolución y crecimiento de cada bebé.

viernes, 11 de julio de 2014

El cuidado de los niños con fiebre


 La fiebre no es una enfermedad, sino un síntoma de que algo más está ocurriendo en el cuerpo.
Ya que tu hijo podría tener fiebre sin estar caliente, tómale siempre la temperatura durante por lo menos 1 minuto antes de decidir lo alta que la tiene.
He aquí algunas medidas que puedes tomar si tu hijo tiene fiebre.
Para aliviar las molestias de la fiebre.
Si tu hijo tiene fiebre, tómale la temperatura varias veces al día y prueba los siguientes consejos:

  • Dale líquidos para reemplazar los que ha perdido sudando. Barritas de zumo congelado son una buena manera de suministrar líquidos.
  • Si el niño se siente incómodo, dale un baño de esponja fresco y paracetamol para tratar de rebajar la fiebre.
  • No des nunca aspirinas a niños menores de 18 años.
Puntos importantes sobre la fiebre:
  • La manera más precisa de medir la temperatura a niños pequeños es con un termómetro rectal. Si no sabes bien cómo usar este dispositivo, pídele instrucciones a tu pediatra.
  • La fiebre podría requerir atención médica si llega a las siguientes temperaturas:
  • 37,5°C o mayor en niños de menos de 3 meses;
  • 38°C o mayor en niños de 3–36 meses;
  • 39°C o mayor en niños de más de 36 meses.
  • Viste a tu hijo con ropa ligera, cubriéndole sólo lo necesario para que no tenga frío.
  • Recuerda que el ejercicio, las comidas, la agitación y las bebidas calientes o frías son factores que pueden afectar la temperatura de tu hijo.
  • El niño puede tener diversas reacciones a la fiebre; por ejemplo, podría estar bien aun teniendo fiebre alta o sentirse fatal con una fiebre baja.
Cuándo debes llamar al pediatra:
Llama al consultorio de tu pediatra si el niño tiene cualquiera de los signos o síntomas siguientes:

  • Fiebre alta o que persiste durante más de 2 días a pesar de los medicamentos
  • Respiración rápida o falta de aliento
  • Tortícolis o dolor de cabeza
  • Dificultad para tragar
  • Flema persistente marrón, verde o sanguinolenta
  • Signos de deshidratación, que incluyen sed intensa, orina amarilla oscura, disminución de la orina, ojos opacos o hundidos, piel reseca y labios cuarteados o resecos
  • Aspecto que a tu parecer no es normal, incluso después de haberle dado un analgésico

martes, 1 de julio de 2014

Consejos para tratar la intolerancia a la lactosa


Muchas personas tienen intolerancia a la lactosa, es decir, no pueden digerir la lactosa, el azúcar que se encuentra en la leche y los productos lácteos. La lactosa sin digerir no hace daño, pero puede provocar síntomas molestos. Afortunadamente, es posible reducir estos síntomas si se limita la ingestión de lactosa.
Encuentra el límite de su hijo/a
Muchas personas con intolerancia a la lactosa piensan que no pueden consumir ningún producto lácteo. Pero en realidad es posible comer o beber pequeñas cantidades de lácteos sin tener síntomas.
Para encontrar el límite de tu hijo/a, toma nota de lo que come y bebe, así como de los síntomas que experimenta. De esta forma podrás descubrir cuáles son los productos lácteos que tolera y en qué cantidades.
Lácteos                                                  No lácteos
Leche, crema                    Bebida de soja, bebida de arroz, sustituto de crema
Queso                              Algunos quesos maduros
Mantequilla, margarina      Margarina sin leche, aceite vegetal
Helado                             Sorbetes de fruta, helados de zumos
Consejos para evitar los síntomas:
  • Elije productos lácteos con bajo contenido de lactosa, como quesos maduros (como manchego, parmesano y cheddar).
  • Consume alimentos con fermentos activos, tales como yogur. Los fermentos activos facilitan la digestión de la lactosa.
  • Cuando consuma productos lácteos, combínalos con otros alimentos para reducir los síntomas.
  • Cuando cocines, usa zumo de frutas en lugar de leche.
  • Evita que ingiera muchos alimentos con alto contenido de lactosa (como leche, mantequilla y helado) a la vez.
Haz que ingiera otros alimentos ricos en calcio
Al consumir menos productos lácteos, tu hijo/a ingerirá menos calcio. Consulta a su pediatra si debe tomar suplementos. Además, trata de que consuma más alimentos no lácteos, ricos en calcio, tales como:
  • Brócoli, col, hojas de nabo
  • Pescados con espinas comestibles (sardina en lata)
  • Brotes de soja
  • Alubias rojas y blancas
  • Almendras y avellanas
  • Zumo de naranja, bebidas de soja y arroz, con calcio añadido.