jueves, 12 de febrero de 2015

¿Qué pasa con el sueño de los padres al estrenar bebé?


Los bebés duermen unas 17 horas al día, pero lo hacen en periodos cortos y progresivamente van disminuyendo el número de horas totales de sueño al día. Al mismo tiempo alargan los periodos de sueño continuo. Es decir, los ciclos de sueño son muy diferentes de los del adulto que habitualmente duerme de 7-8 horas cada noche seguidas. Pero esto cambia con el nacimiento del bebé. Ya nunca más se duerme con “la oreja cerrada” si el bebé está en casa. El sueño de los padres ya no es el mismo que antes. Y esto puede tener efectos sobre su salud física o mental. Varias noches de insomnio, con pocas horas de sueño e irregular, puede llegar a afectar a su estado de ánimo, y dificulta su concentración.

Yo creo que algunas depresiones post parto de las madres son en realidad agotamiento y falta de sueño.

El sueño puede convertirse en un problema, si el bebé se despierta por las noches y no duerme bien, pero hay que saber que es normal, hasta que madure. Lo más importante es averiguar qué es lo que está alterando al bebé y actuar, según lo que le suceda, para conseguir que adquiera un ritmo natural del sueño, sin caer en malos hábitos que posteriormente costaran mucho de cambiar
Hay que entender todos los cambios y adaptaciones que está viviendo el bebé, para él todo es nuevo al nacer. Después de 9 meses en el útero materno, el bebé tiene que habituarse a los estímulos externos, y por eso se despierta a menudo y llora sin un motivo aparente. Esto afecta al sueño de los padres  porque ellos son los encargados de transmitir seguridad al bebé y hay que ayudar a los bebés a que vuelvan a coger el sueño cuando se despiertan.

El sueño de los padres del bebé también puede estar condicionado porque la vida del pequeño sigue unos horarios totalmente adaptados a sus comidas y muchos piden una toma nocturna durante meses, la alimentación “a demanda” tiene sus ventajas pero tiene este inconveniente.

El llanto de los bebés por la noche es uno de los motivos importantes de alteración de sueño de los padres, sobre todo los tres primeros meses hace que mucho practiquen el colecho, para hacer más llevaderas las noches más que por convicción: una vez más la decisión tiene sus pros y sus contras.
El bebé también llorará si no se encuentra bien, si está resfriado, si tiene molestias.

Y más adelante después de los primeros ocho meses, se añadirán los miedos a la soledad, o a la oscuridad.
Durante la baja maternal es bueno que las madres aprovechen cualquier momento que el niño está dormido para hacer una cabezadita y no llegar tan cansadas a la noche, no pasa nada por dormir a las 12 del mediodía.
Una vez finalizada la baja y ya incorporada al mundo laboral yo recomiendo turnos por la noche, alternancia entre los padres, de esta manera se descansa una noche si y otra menos, pero no sirve de nada toda la familia levantada mientas el bebé madura.
Son unos meses de no acabar de dormir del tirón. Pero, cuando se es papá o mamá, ya se sabe, nunca se vuelve a dormir tan plácidamente como antes.

miércoles, 11 de febrero de 2015

Estos hombres, cada vez más colaboradores e implicados ¿Cómo influyen en el embarazo y en los bebés?

El padre ya no es un espectador, cumple un papel fundamental de apoyo: es un coprotagonista implicado que promueve y facilita el éxito del embarazo.

Como en todo, es una cuestión de actitud. Para conseguir un proyecto y tener éxito la actitud es lo más importante. Y en este caso, tener una familia es sin duda un proyecto en donde la actitud juega un papel muy importante.

Actitud. Antes del embarazo, cuidándose y compartiendo hábitos de vida saludable para él, estará más sano y será más fértil. Para ella, teniendo una vida saludable será más fácil quedarse embarazada.

Actitud. Durante el embarazo, prestando atención a los cambios que se van produciendo en la futura madre, en nueve meses aumenta su peso unos 10 Kg, (más o menos un 15% de su peso) y eso es mucho cambio. Hay que cuidar la alimentación y los hábitos de deporte tienen que ser adecuados, sabiendo que el embarazo no es una  enfermedad, todo lo contrario. Hay muchos miedos que se necesitan compartir. Tiene que haber un acompañamiento y sobre todo en el último trimestre, cuando el embarazo es más duro y por lo tanto la madre se siente torpe y no descansa bien. El padre puede encargarse de más tareas domésticas, de compartir sus temores y de cuidar a la mamá ya que la tranquilidad que ella perciba es tranquilidad que disfruta el bebé.

Compartir. Es  fundamental. Desde el primer momento al realizar el test del embarazo. En la elección del nombre del bebé. En compartir los cambios físicos que está viviendo la futura madre, la ilusión de las patadas del bebé.

Que la mujer embarazada lleve un estilo de vida saludable renunciando a ciertos hábitos, como puede ser el tabaco o el alcohol. Si el padre también renuncia, a ella le ayudará. La mamá no puede convertirse en fumadora pasiva y al padre también le ira bien dejar de fumar: la ilusión de un hijo es un incentivo importante.

La dieta sana también beneficia a ambos y 9 meses es un periodo suficientemente largo para adquirir buenos hábitos alimentarios, útiles de por vida.

Ginecólogo y clases de preparto
Otro acompañamiento muy reconfortante para la mujer y que afianza la pareja son las visitas al ginecólogo, para realizar la primera ecografía, para hacer el seguimiento, entre otros. Son momentos emocionantes y únicos. El papel del padre en el parto también es importante, así que es bueno acompañar a la mamá a las clases de preparación al parto. Se aprende mucho sobre el embarazo, el parto y el cuidado del bebé, donde el papá también tendrá mucho que decir y que aportar.

Preparando la llegada del bebé
Los últimos preparativos para la llegada del bebé no son tarea fácil y seguro que quieren ayuda. Para que todo esté listo en la habitación: la cuna, la canastilla y muchos más. También es recomendable que en esos últimos meses el padre le hable al bebé, porque aunque no haya nacido puede oír y empezar a conocer la voz. Es el inicio de un vínculo que hará que el papá se sienta padre desde antes de nacer.

El papel del padre es importante porque ha de cuidar a la mujer embarazada, hacer que se sienta bien, fuerte y segura, sobre todo al final del embarazo. Es importante que se la escuche, saber cuáles son sus necesidades y entender la gran revolución hormonal y física por la que está pasando.

A la vez las madres tienen que dejar que se las cuide y tienen que saber compartir los cambios, el hijo es de ambos.

Después de tantos años de trabajo como pediatra, no puedo reprimirme delante de las madres que dicen: “no me come”, “no me duerme”, “me llora mucho”. Siempre les contesto: que suerte que no te coma, pues debe hacer daño. Al principio no lo entienden pero observando al padre la complicidad se crea al instante y casi suplican sin decirlo que es así, que él está solo de acompañante.

Mamás compartir, hay que evitar que esto ocurra. El bebé necesita una mamá y un papá, a ambos. Os aseguro que no hay nada más satisfactorio que ver a tus hij@s jugando con su padre y eso no se improvisa.

martes, 10 de febrero de 2015

¿Cómo vamos consiguiendo que el horario del bebé se aproxime al nuestro? ¿Cómo le enseñamos el día y la noche?


Los primeros meses del bebé son de adaptación continua, para empezar cambia del medio líquido dentro de su madre,  al medio aéreo del nuevo mundo que le rodea. Tiene que respirar, comer, cosas que antes hacían por él. Hay bebés que enseguida duermen más de noche que de día pero no siempre ocurre así.

Al principio, el bebé tiene su propio ritmo, y no será hasta los 4-6 meses, que el bebé duerma por la noche hasta 6 horas seguidas.

El recién nacido suele dormir una hora y media cada 3 o 4 horas, durante todo el día. El primer mes de vida, el bebé sigue durmiendo lo mismo, aumentando gradualmente las horas seguidas dormidas durante la noche. La alimentación a demanda no creo que favorezca el que el niño alargue el periodo de sueño por la noche.

¿Qué podemos hacer para que el bebé distinga el día de la noche y poco a poco se acostumbre a nuestros horarios? Enviarle mensajes no contradictorios y con paciencia se puede conseguir.

Los ciclos de sueño de un bebé son más cortos que los de los adultos. Determinados escenarios le ayudarán a distinguir entre la noche y el día: la rutina, la luz, la oscuridad entre otros. Es conveniente que durante la mañana estén expuestos a la luz, fuera de su dormitorio, no expuesto al ruido excesivo pero tampoco aislado y preferiblemente siempre a la misma hora. En las últimas horas del día, deberíamos intentar que estuviera poco expuesto a la luz natural, a la mínima posible.

Si se despierta por la noche, hacer una pausa de espera antes de darle de comer. Es una manera de que no asocie el despertar con el comer. Y si se le da de comer conviene hacerlo con poca luz y pocas distracciones, sin juegos, para que el bebé comprenda que es hora de descansar.

También hay que tener cuidado con las siestas durante el día, no deben ser excesivamente largas: es importante no dejar al bebé dormir más de dos horas seguidas, para que los periodos de sueño sean más largos por las noches. Si es necesario, hay que despertarlo si lleva durmiendo tres horas, hablarle y explicarle que es hora de comer, de reír, de aprender, de relacionarse con el mundo…etc. Todo eso es importante para enseñarle al bebé las diferencias entre día y noche y adaptar el hábito de sueño del bebé.

 Son también  importantes las rutinas, bañarlo antes de acostarlo, darle su toma de leche y llevarlo a la cuna, en un espacio de temperatura agradable, con las ventanas y las persianas cerradas. De esta manera, se acostumbrará y se dormirá, porque entenderá que es la hora. Si el bebé no tiene sueño, bastará con poner un poco de música tranquila, cogerlo y balancearlo, hasta que, al final, se acabe durmiendo.

viernes, 6 de febrero de 2015

Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina

Hoy, Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina
Se calcula que 125 millones de niñas y mujeres de todo el mundo han sido sometidas a mutilación de sus genitales.
Esta práctica se concentra en países de África subsahariana en una amplia franja de países que va desde el Atlántico al Índico, y se practica al margen de creencias religiosas pues se trata de una costumbre ancestral.
Las consecuencias para las niñas puede ser la muerte inmediata en el momento de la mutilación por un shock neurogénico por el dolor, o desangradas, también es posible días después como consecuencia de una infección. Las niñas pierden toda su sensibilidad en la zona genital y en el futuro tendrán relaciones sexuales dolorosas.  
Si lo superan pueden morir durante el parto pues el recién nacido no pasa por este agujero pequeño. El dolor les acompaña toda la vida.
Las creencias justifican la mutilación como forma de mantener la pureza en las mujeres y las mismas niñas piden que se lo hagan para no ser impuras.
Pero no es una costumbre, se trata de una verdadera tortura, impide el placer sexual y asegura la virginidad, se sigue todo un ritual.
El documento de Naciones Unidas para La Infancia indica que 125 millones de niñas y mujeres vivas actualmente han sufrido algún tipo de mutilación en 29 países de África y Oriente Medio. La parte positiva es que el drama de la mutilación de genitales femeninos está bajando  a la mitad en algunos de estos países.

Desde aquí, hemos de conseguir que todas las niñas emigrantes  originarias de estos países y  que viajan a su país de origen en vacaciones, no sean sometidas a esta práctica. Para ello, hay que hacer una labor de concienciación a sus familias, ayudarlas  que se integren y explicarles que aquí esto no se hace y no por eso sus hijas van a ser mal vistas. Además se ofrece tratamiento de reconstrucción quirúrgica a las mujeres que lo soliciten.