lunes, 4 de agosto de 2014

Dieta Sana en Verano



Los niños no comen los meses de verano en el colegio y durante las vacaciones las comidas en familia son un buen momento para la adquisición de buenos hábitos alimentarios.
  1. Es más probable que coman frutas, vegetales y cereales.
  2. Es menos probable que coman refrigerios poco saludables.
  3. Ofrecen la oportunidad de presentarle al niño nuevos alimentos.

Los niños comen lo que ven por lo que conviene tener en casa:
Frutas y verduras, tratando de servir un mínimo de cinco porciones diarias. Asegúrese de servir frutas y verduras en todas las comidas.
Carnes desgrasadas y otras buenas fuentes de proteína, como el pescado, los huevos y los frutos secos.

Panes integrales y cereales, para que el niño ingiera más fibra.

Limitar el consumo de la grasa, evitando las comidas fritas y cocinando los alimentos en el horno, en la parrilla o al vapor.
Moderar las comidas en restaurantes rápidos y los refrigerios poco nutritivos, como las papas fritas y los dulces. No los elimine por completo de su casa, pero ofrézcalos “de vez en cuando” para que el niño no se sienta privado de ellos.

Limitar las bebidas dulces, como las gaseosas y las bebidas con sabor a fruta. En cambio agua en abundancia.

Cómo dar un buen ejemplo

La mejor manera de estimular al niño a comer de manera saludable es dando el ejemplo. Los niños imitan a los adultos que ven a diario, aproveche la oportunidad que le dan las vacaciones.

Involucre a los niños

A la mayoría de los niños les agrada participar en la selección de los alimentos que se sirven en las comidas. Converse con ellos sobre las diferentes opciones y la planificación de una comida equilibrada. Algunos niños quizá deseen ayudar en la compra y en la preparación de los alimentos. En el supermercado, enseñe a los niños a leer las etiquetas para que comiencen a aprender sobre los valores nutritivos.
En la cocina, asígnele a su hijo tareas apropiadas para su edad y al final de la cena, no se olvide de elogiar al cocinero. Otra buena razón para involucrar a los niños es prepararlos para que tomen buenas decisiones en lo que respecta a los alimentos que comen. Eso no quiere decir que repentinamente su niño preferirá una ensalada a las papas fritas, pero los hábitos alimenticios que se le inculquen en el presente pueden ayudar a encaminarlo hacia decisiones más saludables el resto de su vida. Y otra buenísima razón es que aprenden a colaborar en las tareas domésticas desde siempre.

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