Primero es importante saber si el niño ha llorado
enseguida tras el golpe o ha “perdido el conocimiento”. También si a
continuación ha presentado vómitos, si ha dicho o hecho cosas incoherentes, si
presenta las pupilas distintas una de la otra. Si estos datos son afirmativos
tiene que acudir a un servicio de urgencias. Si son negativos hay que controlar
si aparecen: vómitos, comportamientos anómalos, alteración en las pupilas.
Siempre se comenta la somnolencia y los padres
suelen preocuparse de que el niño no se duerma, pero si la caída ha sido poco
antes de su hora de dormir lo normal es que se acabe durmiendo, que el niño
duerma no quiere decir que no haya que controlar los síntomas que se han
mencionado.
Pasadas 24 horas ya podemos estar tranquilos.
Es habitual que las familias pidan que se le haga
una radiografía de cráneo, en realidad no sirve de nada y se hace más para
cubrirse legalmente que por un criterio clínico, pero hay que pensar que el que
se lleva la radiación es el niño y el objetivo es la salud del niño… a veces
ser padre puede ser duro.
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